viernes, 17 de mayo de 2013

El regreso de la Madre-Diosa (3ª parte)




El Padre Dios y la implantación del Patriarcado




A raíz de la sustitución del mito matriarcal por el patriarcal y de su imposición en la mayor parte de las sociedades desde la Edad del Hierro, el símbolo de la Madre y de su Hijo quedaron, durante varios miles de años, aparentemente desvanecidos, aunque inmersos en el inconsciente colectivo, especialmente en la cultura europea y mediterránea. De vez en cuando, salía a la luz bajo formas diversas (como la aparición de Sofía, la sabiduría), en algún período o corta fase de la cultura, para ser sepultado de nuevo por la fuerza poderosa del poder masculino, heroico y patriarcal.

Viéndolo desde ese ángulo, es fácil ver como el cristianismo en un principio adopta la mayor parte de los símbolos patriarcales y masculinos. Ya lo  había hecho el judaísmo (y después lo hará el mahometanismo por motivaciones similares).
 En el caso de la iglesia cristiana, con un Dios Padre que envía a su Hijo a redimir las faltas cometidas por un pecado de origen, incitado por una serpiente (que había sido símbolo de la Diosa y de la unión de la vida y la muerte) que tienta a la mujer (esa desdichada y “pecadora”- cuando no lasciva- Eva, Madre de la humanidad). Eva, quien a su vez seduce al hombre provocándole y tentándole con la libertad de la manzana,  fruto del árbol “del bien y del mal”. Esa “manzana” que le independiza de ese Dios, pero al tiempo les arroja de un paraíso donde reina omnipotente el mismo Dios y  en el que ellos eran felices, siempre y cuando no usaran su libertad para desobedecer….

Y  bien, mucho de lo después sucedido es bien conocido en lo que al cristianismo se refiere ¿Verdad? Como, a raíz del enviado por el Padre (sustituto de la Madre), aparece un nuevo movimiento religioso que, a partir de Pablo de Tarso,  acaba en manos de dogmáticos padres de la Iglesia. Esos padres que van construyendo su edificio al tiempo que alejan o destruyen a todo el que se les ponga enfrente. Que proclaman al  Jesús  histórico como la segunda persona de una Trinidad en la que el Espíritu es representado por una paloma,  ave que había sido durante miles de años un símbolo de la Diosa.

Si bien, insisto, lo maravilloso es que la Diosa ha seguido presente, siquiera en alguna forma inconsciente.  En el caso de nuestra civilización, reaparece y se va perfilando poderosamente bajo la forma de la madre de Jesús, la cual es determinada como virgen (como en tantas otras  variantes religiosas) y además es finalmente consagrada como nacida Virgen, para no ser “manchada” por el “pecado original” (el dogma de la inmaculada concepción de María) y madre de Dios.

Tras pasar por diversos y complejos problemas pseudo teológicos y de dogma, en los que es difícil llegar a entender (siempre queda la fe) como la Madre de Dios no es Diosa y como es “asunta” a los cielos, dormida, y no asciende por sus propios poderes, los padres de la iglesia, las asambleas conciliares y toda la parafernalia que conlleva dos mil años haciendo y rehaciendo una religión,  nos pone ante una imagen, virginal,  que tiene mucho de Inanna, de Isis, y de todas las diosas anteriores.
“Nada nuevo bajo el sol”… ni bajo la luna…

Poco a poco, la figura de María ha ido escalando, principalmente a partir de la Edad Media europea, las cimas más altas. De hecho, aunque es proclamada  Reina del Cielo y no tanto de la Tierra (como lo era la Diosa neolítica y sus variantes), podemos observar como el catolicismo dedica la mayor parte de sus templos, oraciones y ritos a la Madre en sus diferentes nombres, apariciones o manifestaciones. Madre que suele llevar en brazos a su Hijo -a quien por cierto, en sucesivas transformaciones eclesiásticas de calendario (y para que coincida con las tradiciones anteriores) se hace nacer en invierno y resucitar en primavera.

Se vuelve a usar así muchos de los símbolos que ya estuvieron presentes hace miles de años. Por ejemplo, los cuernos de la luna (la divinidad lunar, que obtiene los cuernos de la luna creciente del toro, animal lunar), el color azul de Isis, las estrellitas de su corona….. repercusiones del viejo mito, bajo nuevas formas….

Las oraciones a la Madre (en este caso a la cristiana), a quien se le suplica que nos tenga presente a la hora de nuestra muerte (el retorno a la Madre), que nos puede librar de tantas desgracias merced a su influencia cósmica, son un eterno regreso a la figura de la Madre que nos origina y nos acoge.

Estamos pasando (o siendo llevados a) de nuevo a ser hijos de la Gran Madre. Y así como Jesús quedó divinizado, María ha pasado ya también  a alcanzar y a habitar los Cielos… En diversas obras de arte cristianas podemos verla como contempla con dulzura, benevolencia y serenidad incluso a esa Trinidad de la que fue desplazada y a la que siempre perteneció.


FIN DE LA 3ª PARTE



4 comentarios:

Anónimo dijo...

En el cristianismo la energia femenina se le ve de dos formas extremas o es Maria la virgen madre de Dios,o es Magdalena la puta del lugar.La masculina es Padre ,Hijo ,y Espiritu Santo que forman a la divinidad Dios creador. No se como pudo haber creado vida,tres energias masculinas;si no hay Matriz,que es lo unico que genera vida.Y Matriz es energia femenina.Pienso que Dios es dual,las dos energias fundidas en un Todo."El Uno que vive en el silencio,mas alla de las formas terrenales, Inmutable, Omnipresente, Inagotable." Que tampoco es el Cero, la Nada,a la que alcanzo a comprender ,ni entender,que es para mi el "Gran Misterio".Que no se puede conocer,ni nobrar,que no tiene nombre,que es Imnombrable.

Anónimo dijo...

¿Pero no esa virgen María una visión masculina y patriarcal de lo femenino? Creo como tú que la diosa ha ido encontrando huecos por los que colarse a lo largo de la historia y no ha desaparecido. (La verdad es que imaginar una cultura en la que sólo prevalecieran los va lores masculinos sería aterrador: no habría lugar a la compasión u otras de las cualidades que nombras que hacen la vida más suave.Creo que a la Iglesia no le quedó otro remedio que incluir a la virgen.

Pero, aún así, a mí me resulta una diosa descafeinada, una visión domesticada en la que sólo permanecen las cualidades que el patriarcado tolera en la mujer: la compasión, el amor entregado, la dulzura ( que no son en absoluto despreciables para mí)...pero, ¿Cómo puede la Diosa carecer de sexo?¿Al ser una virgen no se le arranca su poder?¿Dónde está la capacidad de crear, de placer, de sensualidad?¿Y dónde la de destruir? Esa imagen femenina de la virgen dulce que llora, poco tiene que ver con las imágenes de sacerdotisas de serpientes con sus faldas de volantes, el pecho desnudo y mirada en éxtasis.. Estas son poderosas, generadoras, sexuales,sensuales, sabias. Me parece que al arrebatarle el sexo le arrebatan su tremenda fortaleza: no la de un guerrero armado sino la de una bailarina de danza del vientre.

Umm...no sé, tal vez divago o escribo apasionadamente pero con poco conocimiento del asunto (me apunto los libros que mencionaste en el capítulo anterior)...No pretendo llevarte la contraria. Son preguntas que me hago al tratar de definir lo que es para mí y en mí "lo femenino". Me está gustando mucho esta serie de artículos dedicados a este tema.Gracias.

Anónima del 15 de mayo

miguel albiñana dijo...

Mhhh, son comentarios que me ayudan a terminar de reflexionar sobre lo escrito , gracias.
Creo que lo femenino no está circunscrito a la "mujer" como lo masculino tmapoco al "hpmbre".
Lo que más me ha llamado la atención de la diosa neolítica es eso precisamente: es una virgen, por cuanto siempre es fecundada "ex novo". Y lo hace su propio hijo, que muere cada año.
Esa maravillosa combinación entre lo mascuiino y lo femenino hace que los humanos, igual hombres y mujeres, surgimos de su vientre, de su seno al ser concebidos. Y regresamos a ella al morir.
Coincido en que es dificil ver en esto un "género". De alguna manera siempre recurrimos a una cierta antropomorfización.
Esto e slo que por el momento puedo aportar a vuestros comentarios.

Anónimo dijo...

Hola el mejor día de su vida, quería saludarle con mucho amor y respeto de parte de La Diosa Madre, La Vid Verdadera: Cristo Lisbet, La Esposa de Dios Melquisedec y comunicarle que, La Diosa de la cual usted habla en realidad ya está aquí en la tierra, pero su nuevo nombre es Lisbet, Ella lleva 2 años hablando a su pueblo escogido el Israel Espiritual no el Israel carnal (Humano) y queremos invitarle a que la conozca en persona para que pueda disfrutar de sus palabras de sabiduría que están transformando las mentes del ser humano para llevarlos a la Inmortalidad.

Le invitamos cordialmente a que escuche las enseñanzas de Dios Madre Cristo Lisbet por medio del siguiente enlace:

http://www.reydesalem.com/
http://cristoesunamujer.com/

Reciba el mejor día de nuestro Dios MelquisedecLisbet.