lunes, 28 de noviembre de 2022


A la sombra alargada del Dr Naranjo


Me han preguntado mi opinión sobre un libro que publica la editorial La Llave, con una supuesta entrevista de Claudio Naranjo a Guillermo G. Borja (Memo) poco antes de su muerte. 


Esta es mi respuesta: 

"Hace unos dias me dieron a leer ese libro del que hablas. 


He estado a punto de hacer una respuesta publica, pero he sopesado pros y contras y creo que seria dar más relevancia de la que tiene a una publicación sin interés párala mayor parte del público . 


Creo que se trata de un escrito que, en us dia allá por 1999, y en acuerdo con Naranjo, pude detener ¡(hace más de 20 años!) , pues contiene muchas inexactitudes, habla de personas en un tono cuando menos inadecuado y revela situaciones personales, cuando no protegidas por el derecho a la privacidad dentro de la terapia, que merecen mi profunda desaprobación. 


Por otra parte, el Guillermo entrevistado es un personaje cercano a morirse que, en presencia de su maestro que le incita a hablar de personas cercanas a su entorno, da contestaciones para la galería (si no para complacer a su maestro) más que desde su corazón o desde la verdad. 


Ni que decir tiene que hay personas mencionadas que ya no pueden ni siquiera responder, pues ya fallecieron. A otras, como yo mismo, no seles ha dicho nada de la publicación y menos dado sitio para opinar sobre un asunto que (al menos a mi) concierne. 


Opino que se trata una vez más de la explotación del recurso  de  C. Naranjo para vender libros y que se aprovechan de su buen nombre y del de Guillermo G. Borja. 


Pero, sobre todo, hay chismografía barata en provecho de quienes todos/as podemos imaginar



A Guillermo no le hacen favor. Gran parte de sus afirmaciones no se sostienen sacadas de su contexto.  Me ha hecho a mi mismo reflexionar sobre si vale la pena seguir sus "consejos”, sacados del espacio y tiempo en que los hizo, y que a veces parecen auténticos despropósitos. 


Y eso es lo que me sale decir".

lunes, 21 de noviembre de 2022

NOVIEMBRE 2022

Reflexión en el tren

 


Noviembre está siendo un tiempo cálido. El viento sur de esta tarde me trasladaba al Mediterráneo y la luz tenue del Ebro me traía de nuevo a la realidad presente. A un tiempo la suavidad del clima y el contraste con mis recuerdos de otras épocas, en que el frio y las nubes eran constantes un otoño tras otro.


El cambio del clima en tan poco lapso de mi vida me desorienta. Me cuesta imaginarme que en el último periodo de mi existencia esté pasando todo esto y tan velozmente. Y es que mis recuerdos claros del último medio siglo me llevan, como en el mismo tren que me transporta a velocidades insospechadas,  a este contraste en tan solo un breve tiempo.


No es ya tan solo el recuerdo de niño, sino también de joven, lo que me lleva a pensar en que lo que hoy sucede parece ser de film de ficción. En especial el vuelco de las comunicaciones que ha revolucionado la forma y el fondo de nuestras relaciones y de nuestros movimientos. Hay quien me dice que llamar por teléfono resulta invasivo y que hay que hacerlo por mensaje. Y me rio al ver que tantas personas están cerca y siguen pendientes de sus mensajes, incapaces hoy de sostener una normal conversación.


Mientras ,en tan solo 30 años, nos preguntamos si la vida en nuestro planeta resultará posible debido al brutal cambio climático, al incremento de la población y a la no menos violenta explotación de los recursos naturales. ¿está realmente pasando esto? Si. Es fácil de comprobar… ¿Puede que haya otros factores que influyen?, puede… pero es así.

Mientras se habla de ello, nuestros representantes y encargados de mirar por ello, parece que vieran a otro lado ¿Cómo es posible? ¿no tienen hijos?


Y mi fantasía es que andamos en un tren a gran velocidad que va inevitablemente a dejarnos en un precipicio, mientras seguimos hablando en el vagón restaurante, tomando un vino o discutiendo de misiles rusos…


Pero la cuestión está en ¿realmente podemos hacer algo individualmente? ¿Podemos fiarnos en que el conductor frenará, o que se construirá una desviación que nos aleje de la catástrofe?

Cuando en estos días observo los procesos personales de quienes están cerca de mí, me doy cuenta de que casi siempre seguimos en el vagón cafetería, discutiendo o desviando la atención del hecho principal que es el precipicio al que vamos.


 Es algo natural, inherente a nuestra naturaleza automática.

 MI padre repetía la frasecita irónica, cuando el otro le interrumpía para hablar de sus propios asuntos: “hablemos de Vd. que es lo importante”. Cuando se trata de uno mismo el resto tiene tendencia a desaparecer.

El aire sigue dulce y tibio, y me dejo llevar, pues ahora mismo es lo que puedo hacer. Y soy bien consciente de que el tren sigue su carrera desenfrenada…