EL REGRESO DE LA DIOSA (2ª parte)
Pensemos como
la Tierra, que era un lugar en el que el humano convivía y se asociaba con la
Naturaleza, es transformada ahora en una fuerza a la que hay que domar, vencer
o dominar. Y la convivencia
pacífica con el entorno planetario, de donde provenimos y a donde volveremos,
es desde entonces un objeto de explotación (explotar las minas, los bosques,
los recursos turísticos…).
Las
consecuencias de este cambio las estamos viviendo desde hace ya años, hasta el
punto de haber puesto en peligro, si es que no destruido, la supervivencia de
muchas especies (animales y vegetales, pero también minerales, incluso la
humana).
La religión y
los mitos patriarcales, bien conocidos por nosotros en la cultura judeo
cristiana, se vinculan a un Padre Protector y a un Héroe, que busca su destino
y éxito mediante gestas combativas,
y guerreras o trascendentes, inclusive religiosas. Es el jefe de la tribu, el
monarca, el líder político y religioso o el superhombre que busca la gloria, la
fama o la inmortalidad. Buena parte de esta gesta guerrera se consigue luchando
contra la naturaleza o contra otros
pueblos, en una guerra casi permanente de dominación, que ha dado escasos
periodos de paz y de tranquilidad
a nuestra especie.
Igualmente, el mito patriarcal perfila y
subraya la ficción de una mujer que le “tienta” y que – en el caso del mito judeo-cristiano-
es castigada por llevar al hombre a sucumbir en la tentación…Eva y sus
congéneres son “condenadas” a parir con dolor y, además de haber sido
extraídas, sacadas, de una costilla del hombre, quedan a él supeditadas.
La confusión
de la ficción mítica con la realidad es casi total y se llega a hacer de esa
fábula una ley con la que se rigen las sociedades comandadas por hombres. La Diosa es destronada y sustituida por
un Dios masculino, guerrero, creador y justiciero. La mujer queda degradada
como tentación del hombre y supeditada a él. Algo que en la época de la Diosa
era impensable, puesto que la Divinidad receptiva y generadora estaba integrada
con el Hijo, masculino, y representación de la rueda que gira con el sol.
Esta breve síntesis
puede servirnos para indagar en verdades asumidas personalmente desde antaño y que pueden necesitar ser
revisadas en todos los niveles, emocional, intelectual, social y de actitud.
Ahí están obras maestras como “La rama dorada” de Frazer o las grandes obras de
J. Campbell, para quienes quieran
profundizar en el tema desde la óptica intelectual.
FIN DE LA 2ª
PARTE
(Continuará)
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1 comentario:
"Es el uno que vive en el silencio,mas alla de las formas terrenales,.inmutable,omnipresente,inagotable."Esa es la existecia no manifestada o no existencia,mi querido Miguel.De ahi venimos y alla vamos.En la existecia manifestada disfrutamos del paraiso terrenal,que las religiones lo convierten en un valle de lagrimas.
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