miércoles, 15 de agosto de 2012

Un alto y un cambio en el verano



Un alto y un cambio en el verano

El 15 de agosto marca tradicionalmente un cambio en el verano. Suelen caer algunas lluvias (en Madrid cada vez menos), la temperatura refresca y el estío inicia la decadencia. En ciertos lugares de esta península eso suele estar muy marcado. Con la variación,  algunos viajeros regresan a sus hogares y los pueblos y lugares recuperan poco a poco su ritmo y tiempo habitual. Y cuanto más al norte más señalado suele ser ese regreso a lo usual.
En Occidente, la Iglesia lo ha remarcado con la festividad así llamada de la Asunción, en honor del traslado al Cielo de la Madre, la del Cristo y –añado- la de todos los tiempos. Muchos lugares celebran sus fiestas en estas fechas, como en Madrid  las fiestas de la Paloma, viejo término para referirse al espíritu y ahora a una de las denominaciones de la Madre. Sin duda, la primitiva iglesia cristiana absorbió estas fiestas de religiones anteriores, a las que ellos llamaron paganas, para instalarse como la única e insustituible verdad. Un rito sustituyó a otro, aunque el verano fuera el mismo y el mismo también el cambio en el clima.
El verano sigue el ciclo de la vida. El calor tiene un tiempo culminante, la Naturaleza una expansión máxima, las cosechas llegan y poco a poco van perdiendo su intensidad, las hojas de los árboles, que llenaron con frondosidad los árboles, irán cayendo. En algunas semanas, el viento hará su aparición y el otoño se llevará un año más este caluroso verano. Así como el otoño se lleva a una generación preparando la llegada de la siguiente, que, con algunas variaciones, se parecerá bastante al anterior.
Sin embargo, incluso los veranos, en algún momento, cambiarán hasta desaparecer. Puede que sea por el cambio climático provocado por el hombre o, simplemente, porque los ciclos de la vida también se crean y terminan.
 Así como en algún momento del tiempo terminará la actual forma de la vida en nuestro planeta, madre de todos nosotros y las estaciones quedarán, tal vez, en  algún registro de este Universo como recuerdo de quien sabe quien…tal vez.
Entre tanto os deseo una feliz continuación del verano.