miércoles, 23 de julio de 2008

amistad


La amistad. Palabra derivada sin duda de amor, expresión de desear el bien a otro sin pedir nada a cambio. Capacidad de escucha, de estar, de aceptación del otro con todas sus diferencias, sus limitaciones, casi un contacto de lo más profundo, como si existieran las almas que se entienden y se quieren y son capaces de hacer por el otro sin esfuerzo, como algo espontáneo y natural...
Con todas las diferencias y variaciones, desde la amistad exaltada hasta, como dice un amigo querido, la amistad "colateral", que viene siendo la derivada de otros, la que no es directamente buscada pero que puede ser tan importante en la vida como las demás...
No hay un solo tipo de amistad.
Hay amigos que son tan cercanos que uno puede fundirse sin pena ni temor, pues la separación no produce dolor.
Hay amigos que te llaman sin saber que necesitas.
Otros que te llaman cuando saben que necesitas.
Otros a los que puedes llamar cuando necesitas.
Y las necesidades son bien diversas, tantas como momentos por los que pasamos en la vida, tantas como caracteres, tantas como ...
La amistad no substituye a nada ni a nadie. No es intercambiabale por hermanos, ni por trabajo, ni por nada.
Las amistades de adultos se parecen a las familais elegidas por uno.
Hay amistades con las que se recorre una parte del camino de la vida.
Otras te acompañan toda la vida.
Ha amigos que aun ya muertos siguen presentes y uno les puede hablar y te contestan, pues su amor está impreganando ya cada celula de nuestro ser.
Los solitarios tiene amigos distintos de los sociables.
Teng un amigo que tiene gran cantidad de amigos intimos. Y sin embargo su intimidad, las raras veces que nos vemos, es de una profundidad enorme.
Y es que hay personas que saben darse, aun un instante y uno se siente bien y feliz...
Hay amigos que te permiten darles, otros te dejan poco...
Hay tantas capacidades para amar como flores en el campo en primavera.

domingo, 13 de julio de 2008

julio y las plantas


La mañana está fresca, en este día de julio. Mi añoranza está presente en el pecho, una mezcla de tristeza y de rechazo por tenerla. El parque me llama de nuevo. Leo a Jung:
"Con el reino de las plantas se inició la presencia de lo terrenal del mundo de Dios, como un tipo de comunicación inmediata. Era como se hubiera contemplado al creador, quien se imaginaba inobservado, por encima de los hombros cuando elaboraba juguetes o piezas decorativas. Frente a este reino, el hombre y los animales "típicos" eran partes de Dios que se habían hecho independientes. Por ello, podían vagar libremente y eelgir el lugar de su vivienda. El mundo de las plantas, por el contrario, se encontraba sujeto para siempre a su lugar de origen. Tal mundo no sólo expresaba la belleza del mundo de Dios, sino también los pensamienteos sin ninguna intención o divergencia. Los árboles resultaban especialmente misteriosos y me parecían representar el sentido incomprensible de la vida de un modo inmediato. Por ello, el bosque era el lugar donde se sentía más de cerca el significado más profundo y la actividad más horrible".
Esto me recordaba cuando hoy inicié mi paseo, llevado por el intenso aroma de los aligustres, que este año han florecido en la época en que solían hacerlo en mi infancia, debido a la hermosa primavera. En México los llaman "truenos", tal vez un galicismo del francés troën... o porque su aroma truena como tormenta de verano. Pasar por un bosquecillo es una experiencia intensa y embriagadora y hoy está lleno de ellas... El perfume me lleva mientras atravieso verdes prados, con alguna persona tomando el sol, tapándose el pecho ellas, presumiendo de él, ellos.
Los aromas se mezclan ahora con el más fino y ácido de las magnolias, que pugnan por mi atención, mientras los ojos acarician las alteas malvas y blancas que crecen a orillas de un riachuelo en la sombra.
Me imagino esos árboles enormes, algunos cuando apenas nacieron, cedros negros o poderosas sequoyas, que arrastran sus ramas por el suelo, protegiendo a alguna pareja de enamorados...
El aire viene de la sierra, fresco y limpìo. Como una música para placer de las plantas, que se dejan acariciar, como mi piel hoy, vacía de encuentros....el sentido incomprensible de la vida de modo inmediato...
Si, también para mi los árboles en la naturaleza tienen esa magia, ese misterio. Son una canto a la creación y a sus misterios. Se me hace que casi no piden para lo mucho que me dan... El Jardín del Eden debía de tener muchos y muy variados árboles y el mito nos lleva a lo vegetal, a la aparición de la vida en el planeta y sin ellos no podríamos existir nosostros, escandalosos humanos...
Mis ojos registran los colores del verde, desde el muy obscuro de los abetos hasta el brillante y claro de la hierba, los prunos rojizos, los temblorosos chopos...
Mi paseo está concluyendo hoy con el agradecimiento a estos seres queridos.