lunes, 20 de mayo de 2013

EL regreso de la Diosa (final)




Concluye aquí mi reflexión sobre el mito de la Diosa. Un apunte para retomar nuestros introyectos, las ideas introducidas en nuestra psique y adoptadas de manera rígida, absoluta, sin consideraciones.
En una época como el siglo XXI, en que la vida en el planeta está siendo amenazada principalmente por nuestra especie y en la que el poder del mito se ve sobrepsado por el nuevo mito de la Ciencia, creo que es momento de detenerse y de considerar en qué creemos.





El regreso de la Diosa.
 (4ª parte,  final)

La llegada de un nuevo mito y la recuperación de la Diosa


Si bien los mitos, aun cuando retornan bajo formas diferentes, no siempre pueden ser retomados íntegramente por las nuevas culturas.

El sistema ha cambiado, puesto que se han introducido variables nuevas en la forma de concebir el Universo, su entorno y el sujeto observador. Aún cuando vivimos angustias existenciales similares a las del Neolítico, la “Ciencia” y sus observaciones han desembarcado enérgicamente en la mente del humano y en su cultura y con ella la manera de prestar atención y de pensar.

En consecuencia, a la hora actual y en lo que concierne en particular a nuestra cultura, lo difícil de esta nueva situación es que ya estas ficciones no sirven o valen muy parcialmente, en una civilización en que las neurociencias, la teoría de la evolución, la física cuántica o la cosmología van reemplazando y desmoronando con paso firme a los viejos mitos religiosos… Los paradigmas están cambiando de nuevo. Las explicaciones ahora son diferentes. Así como la Tierra podía ser plana hace unos siglos, la era espacial ha dado un vuelco a la concepción del Universo, iniciada en Europa con Galileo. Y aunque a algunos les pese, ya no se lleva lo de llevar a la hoguera a quien contradiga a los jerarcas eclesiásticos, al menos en la cultura actual occidental (infelizmente en este asunto todavía no estamos en la “aldea global”)

Evidentemente, eso es así respecto del cristianismo. Otras religiones, y sociedades, antiguas o modernas, se han mantenido bajo patrones bastante más patriarcales. Uno de esos sistemas o patrones sociales es la cultura del logro, que no está siempre asociada a una religión, como podemos ver fácilmente en una cultura como la China actual comunista.

Sin embargo, analizando los símbolos antiguos y modernos, mucho de lo que acabamos creyendo termina siendo lo mismo o bastante parecido. Y es que –como he dicho-algunas de las grandes cuestiones existenciales se han movido bien poco en muchos miles de años.  Es preciso –creo- darse un tiempo para darse cuenta, analizar y saber en qué mundo vivimos y qué seguimos  dando por supuesto.

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Comparto hoy estas reflexiones porque, en realidad, buena parte de los introyectos que podemos mantener o conservar se inician, si es que no se originan, de ideas no cuestionadas y, en consecuencia, motivan y condicionan muchos de nuestros pensamientos, emociones y actos. Al hacerlo así, de forma inconsciente, nuestro proceso de adaptación al presente se resiente, no se ajusta a la realidad, no hace contacto auténtico y la configuración o gestalt, personal y también social, no puede cerrarse de forma adecuada. Avanzamos igualmente asumiendo valores, que posiblemente ya no nos pertenecen o no nos son de utilidad, e incluso lastran nuestra libertad para ser en el mundo, en terminología heideggeriana.

Este ser en el mundo, este sentido profundo de pertenencia, es el que podemos recuperar revisando el mito de la Diosa, adaptándolo a nuestros tiempos y observándolo con la mirada aceptadora y curiosa de un humano de este siglo XXI.

Me pregunto cuantos de nosotros hemos pasado por esta exploración de los mitos introyectados,  inconsciente y globalmente aceptados, de esta forma de “estar” en el mundo sin más cuestionamiento, consumiendo la vida mientras esperamos con los ojos semicerrados (¿dormidos, asustados, en permanente actividad?) como llega el final de ella.

Necesitamos un mito diferente y estamos asistiendo, como afirma en particular C. Naranjo, a una lenta agonía del sistema patriarcal.

Ello no implica, sin embargo, que volvamos a la “religión” de la Diosa neolítica. Lo que pasó, ya pasó. Pero sí puede ser que podamos encontrar en la forma integradora que en su día tuvo, en esa asociación entre la Creadora y el Creado, entre la Madre y el Hijo, una vertebración a nuestras angustias existenciales y una forma diferente de administrar los recursos, que la sociedad de consumo está agotando.

La Gran Madre puede ser vivenciada de maneras diversas, siempre y cuando soltemos, al menos parcialmente, el paradigma patriarcal, de éxito, de gesta y de explotación de recursos “inagotables”. Y el nacimiento, crecimiento, agonía, muerte y resurrección del Hijo es también el de una Humanidad siempre limitada por su temporalidad, por esa permanente identificación con un yo frustrante y frustrado,  identificado y encadenado a una Rueda de deseos, como decía el Buda, de la que solo la des-identificación puede liberarnos.

Recuperar a la Diosa es, en los tiempos actuales, rescatar el sentido planetario, cuidar nuestros recursos, impulsar la solidaridad, saber que la muerte es el regreso al hogar primigenio, no del yo, esa entelequia útil y necesaria que nunca existió como algo consistente, sino de la materia de la que estamos hechos, que vuelve a su lugar original, en tanto que “pulvus erit et in pulvis reverterit”(1).

Reivindicar a la Diosa puede significar soltar el miedo a vivir en libertad y soltar también el miedo a morir con frustración.

Buda proclamó, al parecer, que nada ha de ser aceptado sin cuestionamiento y que la experiencia es insustituible. Sin embargo, a veces, la experiencia nos deja solos, fuera de la concepción y de la creencia aceptada por la mayoría ¿Estamos en condiciones de cuestionarla? ¿Estamos preparados para revisar nuestros mitos? ¿O tal vez el temor, la pereza, el desencanto o la codicia nos llevan, sin que verdaderamente sepamos cual es nuestra meta?

El camino de la libertad a mi se me ha hecho difícil, arduo y tremendamente interesante. He peleado con la inconstancia, con la falsa seguridad que dan las creencias y del tener por temor. No siento mi recorrido terminado, pero eso nadie lo sabe.

Lo que sí creo saber es que sigo dispuesto  a cuestionar aquello que mi experiencia no ha logrado alcanzar y que dejo lo milagroso fuera de mi orden cotidiano.

Y vosotros, lectores, compañeros en este caminar ¿Qué mitos aceptáis?  ¿En cuales creéis?

(1). Polvo eres y en polvo te convertirás.



 El camino de la diosa

 
…Que haya en vosotros belleza y fuerza, poder y compasión
Honor y humildad, alegría y veneración
Y los que deseáis conocerme sabed
Que vuestro buscar y ansiar será en vano si no conocéis el misterio:
Si lo que buscáis no lo encontráis dentro de vosotros
Jamás lo encontrareis fuera.
Porque mirad: yo he estado con vosotros desde el principio
Y seré yo adonde llegareis al final del deseo.


Escrito de Doreen Valiente, adaptado por Starhawk
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7 comentarios:

Anónimo dijo...

Doreen Valiente lo dice todo,si no lo realizan es problema de uds.Son muchos los que indican el camino a seguir,que esta en nuestro interior, dejen de intelectualizarlo y filosofarlo y manos a la obra,a conocer el Misterio que jamas sera conocido;por que dejaria de ser Misterio.

Acuario dijo...

Bueno, una de las bases en las que creo y me cuestiono, todavía no he terminado de cuajarlo bien es, en este mundo colectivo en el que habito, ¿donde acaba mi libertad, y donde empieza la libertad de la otra persona? En esta sociedad donde impera la individualidad,sucede también que nos diluimos en la colectividad, el perseguir un fin a veces sucede que nos olvidamos que no todos los medios son válidos para lograrlo, sobre todo cuando para ello tengo que pasar por encima de una persona o un grupo.
También sucede que encuentro enormes dificultades cuando ya desde un tiempo largo, realizo mi trabajo personal de intentar darme cuenta de lo que me han vendido, de intentar vivir una vida más sencilla, más plena, ser consciente de mis limitaciones y defectos, y toparme de frente con el que no tener una agenda repleta de actividades y saraos a los que acudir, o simple y llanamente el estar tranquila en mi casa, no querer destacar, soy considerada una persona "No Normal", y, se me planta en la etiqueta de anti-social o ermitaña.Es un trabajo dificil el de viajar a mi interior, el de reconstruir los valores, y el de hallar mi propio criterio, lo positivo, lo satisfactorio, es que me ha aportado una riqueza impresionante, de conocer nuevos espacios, otras culturas, otras formas de hacer, desmontar fantasias y bajarme de una nube rosa.
Para mi, hacer esto simple y llanamente, me esta permitiendo saber que Vivo, que estoy viva,aunque haya días dolorosos, no todo en la vida son Vinos y Rosas...
Agradecerte que con estos artículos he desempolvado un poco mis recuerdos intermitentes, de que como aficionada y nada Erudita, leer sobre antiguas civilizaciones, y ver el recorrido hasta ahora en este -eje- patriarcal con el que nos toca convivir.

Anónimo dijo...

Acuario "La paz del individuo, sera la Paz del mundo"...Si tu estas en paz , yo en paz,ellos en paz ,el mundo va estar en paz.Para alcanzar solo hay que estar Concientes de nuestro centro interior,en el momento presente ;si vives en el pasado o futuro nunca va ha tener paz,solo ansiedad y angustias.El camino mas corto para entrar al interior es la Meditacion,practicarla en cualquier tecnica que sea facil para ti.Hay un libro que se llama "El libro de los secretos"Que tiene 112 tecnicas de meditacion La tiene. Gaia- Ediciones. 23933 Mostoles(Madrid) Espana E-mail:contactos@alfaomega.es .Puedespracticar lo que te acomode mejor.Todas las 112 tecnicas son diferentes maneras de llevarnos a conocer nuestro interior y comulgar con el.

miguel albiñana dijo...

Es verdad Acuario, el mundo tiene siempre algo de "devorador" de Kronos que nos engulle si no nos tomamos el tiempo de detenernos... Gracias por tu sabroso comentario.
EN contra de lo que se dice del pensamiento oriental, que busca el perfeccionamiento individual frente al impulso de cambiar las sociedades en que vivimos, creo que la vida societaria, mal llamada occidental, ha contribuido enormemente a mejorar las condiciones individuales.
PAra mi está muy bien eso de meterse hacia adentro, pero pienso que es absolutamente imprescindible salir hacia afuera y ser "agentes de cambio social". Son dos fuerzas que -a mi pareer- han de ir parejas.

Anónimo dijo...

La circunferencia supongamos que es la Existencia manifestada,con su infinito numeros de posibilidades y circunstancia la igual que los lados de la ciorcunferencia.Su centro es "el uno que vive en el silencio,mas halla de las formas terrenales,inmutable,omnipresente, inagotable",la existencia no manifestada.Toda circunferencia tiene un centro;vivir en la circunferencia sin un centro,no es posible.Y para nosotros seres humanos estar en el centro sin su circunferencia,tampoco es posible.Deberiamos vivir en la circunferencia,con su infinito numero de posibilidades siempre concientes de nuestro centro,que no hay que buscarlo , ya lo tenemos solo hay que tomar conciencia de el.Es escorridizo,esta conciencia del centro es como agua entre los dedos,si mil veces se va,mil vaces regreso a tomar conciencia de el.Es una constante atencion ,como constante es el cambio.

Anónimo dijo...

Me recuerda al equilibrio ,que es en realidad un constante movimiemto,hacia adelante y atras ;de un lado al otro ,siempre moviendose.Al estar de pie nosotros estamos en equilibrio, pero no tenemos conciencia de ese movimiento por que lo realiza el sistema nervioso parasimpatico,que es el encargado de las funciones automaticas del cuerpo.Si lo hiciermos conciente con la mente esta tendria que dejar de pensar y ocuparse de mantener el equilibrio.Por es en el camino del medio o equilibrio;no hay mente ,solo conciencia del momento presente.

Anónimo dijo...

. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA

Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente

Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años