lunes, 14 de mayo de 2012

Muerte y vida (IIIa parte)


el cielo protector

3.-Posibilidades para encarar la angustia de muerte.

Dejando ahora de lado las formas de tratar la angustia inherentes a los pensamientos religiosos, sin que suponga menoscabo de nada, veamos qué posibilidades tiene el humano de afrontar la idea de la muerte desde la razón y la observación.

a) La vida, en su dimensión de “faber”, de actividad (trabajo, arte, familia, amistad, sexo…), nos aleja de la angustia de muerte. Puede ser percibida como distracción y también como vivencia de la existencia en su plenitud: así la muerte es un hecho que llegará y que no siempre tiene que ser angustioso para el “supuesto yo”, identidad en evolución, adquirida en el curso del desarrollo del hombre como especie.
El pensamiento de muerte es consecuencia frecuente  de falta de actividad en alguno de los aspectos de “eros”, de la capacidad del humano para desarrollar actividades que le interesen. Una saludable actividad física, una creatividad constructiva, una vida social adecuada y fomentar una actividad racional con ánimo de conocimiento, son todas ellas actividades propias del humano sano. Ninguna de ellas por sí misma puede dar a la vida una forma o sentido definitivo. La crisis es sinónimo de vida y de ella salen nuevas soluciones y metas.

b) Cabe así mismo afirmar que la vida es un proceso que conduce inexorablemente hacia la muerte. Y que puede ser un camino para comprender la existencia en su totalidad. En esta totalidad habría también una solución a la angustia, en su experimentación, en su vivencia.
De ahí, las caminos al “éxtasis”, que pretenden llevar a la conciencia a una dimensión no individual, de “comunión” con el otro o con lo otro. La participación en actividades que disuelven o disminuyen la exagerada consciencia individual son fórmulas, vías para dejar de lado la obsesiva idea de que el yo necesita alcanzar una trascendencia en el tiempo y de que ese “yo” es una entidad inalterable y fija, frente al resto de las cosas que evolucionan.
Pero también el dejar de hacer, el wuwei chino, la meditación, la oración silenciosa son caminos de experiencia hacia la comprehensión, hacia la aceptación de la Realidad real.
En la aceptación de la vida/muerte está el que los estados físicos y emocionales son transitorios y en encarar este hecho de la vida, sin pretender que sea de otra manera, ni confundir el deseo de inmortalidad con un hecho cierto (por muy deseable que pueda parecer a algunos), que no se puede comprobar. Desde ahí, tan válida es la afirmación de Spinoza que considera que la muerte es un suceso al que hay que dedicar poco tiempo, pues la vida es más cierta e interesante, como la de Gurdjieff quien afirmaba que debíamos tenerla presente siempre en la existencia. Ambas, adecuadamente apreciadas, conducen a un afianzamiento de la vida, entendida como un valor en sí misma y no como un tránsito hacia la muerte.
Hacer y dejar de hacer son, ambas, experiencias para serenar la angustia y la obsesión.

9 comentarios:

H dijo...

A veces, y no es porque piense en la muerte, lo único que consigo es devanarme los sesos pensando en què puedo hacer con mí vida, son esos momentos en que no consigo encontrar una razón, un sentido un para qué. Tú propuesta primera me parece más atrayente, pero muchas veces me siento como en una carcel viendo lo que otros pueden disfrutar pero yo no. Lo único que puedo hacer es estar con ello, bucear en esta sensación de sin sentido, abrurrimiento y absurdo cósmico

miguel albiñana dijo...

mmh, creo que la mente no sirve mucho para esas cosas, la verdad, aunqeu claro todo tiene su tiempo.
Creo más util llevar la energía hacia algun lado, usar el cuerpo, los sentidos....
Dejarse ir hacia lo absurdo es, la mayor parte de las veces, una manera de permitir que gane la neurosis...

H dijo...

Pues si, parece que así es, más cuando ocurre no tengo la claridad suficiente como para poder mirar a otro lado...

Anónimo dijo...

Bueno, pensánolo bien, me parece que no creo en la neurosis.
Habrazos.

miguel albiñana dijo...

Bueno, lo podemos llamar ajuste creativo poco provechoso ¿mejor? :)

H dijo...

Me sigue sonando a defectuoso. Para mí la neurosis es la única forma de sobrevivir en situaciones adversas. La manera que el organismo tiene de preservar su integridad (o al menos lo más valioso) cuando se siente amenazado. Es como esconder un tesoro (bajo tierra o quizá tras una urdimbre disuasoria…) para que nadie sepa que está ahí y de esa forma salvarle del expóleo.
Comprendo que tampoco tiene sentido mantener oculto el tesoro para siempre porque sería un gran desperdicio. En fin, como me suele ocurrir, tengo que concluir que no se si nada de esto es cierto, supongo que es una de las posibles formas de verlo…

miguel albiñana dijo...

Yo pienso que lo que llamamos neurosis es una forma repetitiva de pensa/sentir/actuar, que pudo tener un efecto adaptativo en el pasado, pero que en el ahora es inadecuado.
Me parece válida tu comparación con el tesoro, que un pobre mantiene escondido o ni siquiera sabe que está escondido y que si lo hallara podría darle una gama mucho más rica de posibilidades en la vida...

H dijo...

Gracias por tu sabia aclaración

Sandovictor Hugo dijo...

Nuevamente gracias.