Trascendencia de las
polaridades
El
camino es básicamente perfecto. No se requiere perfeccionamiento.
-Bodhidharma.
Primer Patriarca Zen.
La Gestalt recoge del
zen y del Tao que existe la
posibilidad de trascender las polaridades. El propio Perls estuvo en Japón
practicando el zen y absorbiendo el
valor del aquí y ahora visto desde la experiencia meditativa. De esa
experiencia extrajo conclusiones, que aplicó a su método gestáltico.
Hemos visto cómo,
en el ejemplo anterior de conflicto/armonía, se puede tratar de un problema de
límites y no de polaridad o
contradicción vital entre el hecho de estar solo o acompañado. Pero, además, en
la experiencia trascendente, se puede experimentar una disolución de la
frontera de contacto entre sujeto y objeto. Y también entre la dualidad de las
polaridades. Así lo cuentan quienes tienen esa vivencia a través de la claridad
de la experiencia meditativa. Místicos occidentales, como Juan de la Cruz, y
orientales han narrado, en general de forma poética, estas vivencias.
Pero también hay experiencias
terapéuticas que permiten alcanzar una trascendencia de los opuestos (un darse cuenta que lleva a la acción
adecuada y que se vive como llegar a vislumbrar una forma nueva). La
integración entre el pensamiento, la emoción y la acción lleva a una contexto
de claridad y de trascendencia.
Esta armonización de los opuestos, tan cara a Carl Jung,
es también analizada y descrita por Perls cuando afirma que traspasar la
barrera de la indiferencia (capa “implosiva” o de muerte) puede llevar a
alcanzar el “satori” (claridad
luminosa de la mente) o cuando menos al “minisatori”
(un darse cuenta de algo en concreto que exalta a la mente). Es decir: al
momento en que la claridad, la paz, la vivencia amorosa, la luminosidad,
trasciende los opuestos y nos sitúa en otro lugar. Bien diferente de la
confluencia, ya que no vivimos en la experiencia del otro sino en la propia.
El objetivo de la terapia gestáltica, que puede ser tan
cercano al trabajo espiritual,
consiste en “resolver los opuestos en una nueva figura creada a partir de su
propia dinámica y de la tensión entre ambos” (Woldt/Toman 2007). Cuando esta experiencia se produce, la persona
sale de su contradicción y crea una figura diferente que supone una transformación
de la gestalt anterior, que se
reorganiza en el presente. La dialéctica tesis/antítesis se convierte en una
síntesis personal y una reorganización del campo.
Si entendemos la dolencia como una de las polaridades
dentro del amplio campo de la salud/enfermedad, y no solamente como algo
perverso que se ha de combatir, podremos
entender mejor lo que dice Jung:
"La enfermedad es el esfuerzo que la naturaleza hace
para curar al hombre. Por lo tanto, podemos aprender mucho de la enfermedad
para encontrar el camino de regreso a la salud, y lo que al enfermo le parece
indispensable rechazar contiene el verdadero oro que no ha sabido encontrar en
ninguna otra parte .
Algo similar sucede con las polaridades bien/mal,
vida/muerte etc. Una reflexión profunda nos puede proporcionar una ruta para no
entender esto como contradicciones negativas, sino como aspectos de una misma y
muy amplia realidad.
El organismo crea su ajuste. A veces se centra en una
polaridad, como consecuencia de situaciones anteriores. La práctica terapéutica
puede conducir a acomodarse distintamente al presente, resueltos los asuntos
que lo mantenían fuera del aquí y ahora (ajuste neurótico).
Frente a situarse en la vida de un lado de las
polaridades, está la posibilidad de aceptarla como un todo, en que es preciso
ir evolucionando a medida que la realidad interna y externa evoluciona.
2 comentarios:
Yo quiero trascender esa permanente contradicción, esa permanente dualidad, esa lucha permanente entre lo bueno y lo mano, la luz y la sombra, lo masculino y lo femenino que hay en mi.
Y sin embrago que sería de la luz sin oscuridad ¿como podríamos apreciar el canto sin silencio, acaso yo existo sin morir cada día, un poquito más, hasta el fin de mis días?
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