lunes, 8 de agosto de 2011

La mente compasiva


El hombre. El cerebro. La mente: la compasión.

En poco más de un siglo “la ciencia “ ha llegado a conclusiones trascendentes en relación a la evolución del Universo, del sistema solar, del planeta en el que vivimos, de la vida y su origen en la Tierra, de la aparición de los primeros seres vivos y del lento “ascenso” de la complejidad de los organismos vivos, hasta la aparición del Hombre.

Es apasionante el formidable desarrollo del cerebro en el ser humano, a partir de órganos mucho más sencillos (como el cerebro reptiliano) y como parece que todo esto ha tenido que ver con la necesidad de adaptación a circunstancias nuevas que, a su vez, se han visto influidas por la nueva forma de entendimiento. En definitiva, organismo y ambiente se han influido recíprocamente. De ello podemos ser bien conscientes en la actualidad, en la que nuestra especie está afectando decisivamente en la suerte de otras y del propio planeta, lo que a su vez va a tener una repercusión importante en nuestra propia evolución.

El neurólogo A. Damasio ha analizado este tema en un libro cuyo título es, por sí mismo, muy atractivo: “Y el cerebro creó al hombre”. Se trata de un estudio en el que la neurología se entremezcla con la biología y con aspectos filosóficos íntimamente vinculados a la evolución. Damasio entra con dardo certero en la cuestión de cómo nuestro cerebro actual es la consecuencia de la adaptación a circunstancias cada vez más complejas y de ahí que este “órgano” haya, a su vez, desarrollado capacidades cada vez más complicadas, hasta el punto de que casi podemos decir que el hombre de nuestra era es un animal bastante diferente al de hace cien mil años o incluso veinte mil en su forma de entenderse y de entender lo que le rodea.

Uno de los asuntos que me ha interesado en la obra es el que hace referencia a nuestra animalidad consciente y compasiva. Es decir el hombre se piensa a sí mismo, se ve en su pasado y en su futuro y de esta manera se cambia, se adapta y va creando nuevas capacidades acordes con las nuevas situaciones.

Una de estas capacidades “modernas” es la de la compasión, una modalidad de sentimiento que tiene funciones muy diferentes a la del resto de los animales (en general movidos por el instinto de supervivencia). La compasión entendida como la facultad para sentir el dolor de los demás ( y no solamente de los de nuestra especie) y desde ahí la posibilidad de ayuda "generosa", que puede ir incluso en contra de los intereses más “egoístas”, más dirigidos a la autopreservación personal y que es ensalzada como un valor entre los más altos en nuestra sociedad.

Pensemos en nuestros primos los monos, los chimpancés por ejemplo. Esa capacidad compasiva se da únicamente para preservarse o preservar a la especie. Y la pregunta es ¿qué hizo que nuestro cerebro desarrollara esta aptitud? Porque sin duda ha de tener que ver con una mejor homeostasis, con un equilibrio organísmico que nos hace sentir mejor (más valiosos o felices por ejemplo, ante nosotros mismos o ante la sociedad) y de ahí que el área cerebral que recoge esta disposición esté ahora entre las que nos diferencian del resto de las creaturas. El que hayamos desarrollado esta posibilidad compasiva he de decir que no nos hace ni mejores ni peores, y que esto seria ya irse a un asunto de graduación axiológica. Y además la capacidad compasiva como especie no está haciendo de manera clara que “las cosas planetarias vayan mejor”, que seamos menos destructivos como especie. Puede llegar a ser nuestra salvación o que la destrucción se produzca a pesar de la capacidad compasiva altamente vinculada a la solidaridad.

Es un asunto digno de reflexión personal, puesto que, dejando de un lado la dimensión religiosa (especialmente la religión institucionalizada), cada persona dispone de esta capacidad con independencia de que su credo le lleve a pensar en recompensas en ésta o más allá de la actual existencia. La compasión nos acerca a una mayor felicidad, nos dota de un valor personal. Como dice el Dalai Lama: “la compasión es una buena inversión. No solamente porque hace más felices a los demás, sino sobre todo porque nos hace más felices a nosotros mismos”. Con nombres diversos, las corrientes espirituales, religiosas o laicas, han puesto esa disposición en la cumbre de las virtudes humanas, llámese caridad, amor, o…compasión.

Y ahí tenemos dentro del mapa cerebral una serie de áreas que ponen de manifiesto que somos seres en disposición de ser compasivos. Es de esperar que nuestro cerebro vaya desarrollando esta disposición que –pienso- viene íntimamente vinculada al aprendizaje familiar, cultural y social.

Me considero un apasionado lector. Y con todo, el libro de Damasio se me hizo muy complejo y arduo de leer por la enorme cantidad de datos científicos que aporta.

14 comentarios:

Norman dijo...

LA mente no es compasiva,la compasion es fragancia del amor,y este la flor de la meditacion. Cuando uno se identifica con el SER,acallando el parloteo interno,entra en la no-mente,eso es meditacion,entonces florece el amor cuya fragancia es la compacion.Con carigno. YAO

Raquel G. dijo...

Depende de lo que entendamos por mente, claro. Yo creo, Norman, que para conducirse de un modo u otro el ser humano necesita también de su mente. Supongo que conducirse de manera compasiva es, muchas veces, una decisión consciente. Soy una principiante, la verdad, pero en los años de mi vida he tratado con personas compasivas que jamás meditaron. Creo que la mente es algo distinto y más amplio que el mero pensamiento.
Quizá me equivoco, pero para mí el amor es fruto del SER, independientemente de cómo se alcance esa experiencia del SER.
Quizá la vivencia de no-mente tenga más que ver con mente puesta al servicio del ser y no a la inversa, como solemos aprender tan temprano.
Sólo es mi opinión, ya que a veces soy compasiva (también soy mi mente) a pesar de no haber meditado (casi) nunca.

Aquí dejo mi parloteo interno... Preguntémosle al pájaro ;-)

Un abrazo.

Norman dijo...

Mente sirve para funcionar en este plano,es la informacion puesta en el disco duro de la computadora del cerebro,identificacion con pasado y futuro,que no existen.La mente puesta en el presente es la Conciencia(identificacion con el SER)de ahi florece el AMOR,cuya fragancia es la COMPASION. No tiene importancia como logramos la identificacion con el SER.Saludos. Yao

Raquel G. dijo...

Pues parece que nos entendemos, aunque me cuesta un poco calzar mi propia experiencia en afirmaciones tan absolutas... Cuando dormimos, ¿no soñamos también con nuestra mente in-consciente?, ¿no nos actualizamos a menudo con la mente más allá del disco duro y de nuestra propia voluntad?
Son preguntas que me hago...

Saludos.

Norman dijo...

Las experiencias en el camino espiritual son personales.Pero de todos los puntos de la circunferencia se puede alcanzar el centro del circulo. No importa si estoy en el lado de luz o de sombra,todos pueden alcanzar el centro,de nosotros depende si lo alcanzamos o no.Bendiciones del Gran Espiritu para tu persona . Saludos .Yao

Norman dijo...

En el Silencio.En el vacio interior lo encontre,y me di cuenta que yo soy quien no soy,y en este mundo que estoy yo soy quien no soy.Extragno verdad?.Saludos .Yao

Raquel G. dijo...

Sí, Norman, extraño. Me ha recordado un comentario de mi padre cuando me vio estresada y deprimida por problemas con mi trabajo: "No te angusties tanto, que esta vida es real y a la vez no es real"... Me pareció un tierno y sabio comentario viniendo de un perfeccionista agnóstico y escéptico, de aquéllos que con su actitud parecen decir "Soy más santo que tú". Entonces me reconcilié un poco con ese rasgo paterno que Claudio Naranjo llamó la Virtud Enojada y que, de algún modo, se coló también un poco en mi carácter.
No hay mal rasgo que por bien no venga. Extraño ;-)
Bendiciones también para tu persona.

Raquel G. dijo...

Miguel, un abrazo y gracias por permitirnos departir cómodamente en ésta tu cibercasa.

miguel albiñana dijo...

Gracias Raquel y NOrman por vuestros comentrios. Para mi la mente es el conjunto de actividad y no actividad, que incluye el ser y el no ser, y por tanto es también el receptáculo de la compasión. En este comentario me he dejado llevar por la disquisiciónd e Damasio, en el sentido de que la compasión es una capcidad que diferencia al humano y que es producto también de la evolución y porbablemente una necesidad de supervivencia de la especie.
EN lo que hace a la actividad meditativa, pienso que es una experiencia personal y dificilmente tranasmisible mediante las palabras. Puede que la poesía haya sido para mi lo más cercano a entenderlo con palabras..

Norman dijo...

Miguel,en el silencio esta esperandome,con todas sus virtudes y poder.Con su luz y su sombra.Siento que amo ese espacio cada vez mas y trato de sostener su presencia constantemente,no lo logro. Pero voy a seguir intentando,hasta lograrlo.Miguel me gusta recordarte,siempre con mucho carigno.Saludos. Yao

miguel albiñana dijo...

Gracias Norman.
¿qué es lo que te espera en el silencio?

Norman dijo...

Me espera el Todo,la Nada,el Vacio,la Unidad,el SER.La musica de las esferas,el Verbo creador,la Corriente audible de la vida,El AUM. Parte eterna de mi conciencia que se fundira en la CONCIENCIA cosmica.Voy a sostener esta presencia durante todos los actos de mi vida.para permitir que el SER actue por mi. No siempre lo logro pero ya lo lograre.Saludos. Yao

Ch dijo...

Me has escrito:"La compasión nos saca de una actitud egocéntrica y nos ayuda a entender mejor la individualidad"

Ahora creo que entiendo ésta frase, me ha venido de la experiencia teatral. Cuando veo a otros actuar, si lo que está ocurriendo es algo que toca lo auténtico de la persona, en esos momentos me olvido de mí misma y estoy compartiendo, viendo y admirando al ser o seres que tengo frente a mí, y es algo grande, porque me siento yo también parte de ello...También cuando yo actúo hay un momento en que siento que el ego deja de tener el control, y entonces entro en contacto con algo más grande que no sé si es solo mío o pertenece a la experiencia de la especie...por decirlo con palabras que tú has usado.

miguel albiñana dijo...

Sí, Ch., coincido con eso. El ego es esa vista permanente y un tanto obsesiva de la atención en la imagen qu uno tiene de sí o quiere que otros tengan ...