La Odisea del
espacio. La odisea humana.
Cuando vi, por primera vez,
"2001, la odisea del espacio" (1968) salí de la sala en estado de fascinación. No creo haber entendido por
entonces el verdadero "argumento" de la obra, basado como sabemos en
la novela "El centinela" de A. Clark, que es coautor del guión del film.
Al parecer, en su primera exhibición (1968) muchas personas
abandonaron la sala, incluido el actor Rock Hudson.
No es de extrañar que hubiera a quien no le
gustara. Fuera del maravilloso panorama de un planeta azul bailando en el
espacio al ritmo del vals del "Danubio Azul", o las insólitas
por entonces imágenes del
espacio mientras la orquesta entonaba "Also spracht Zaratustra", de
otro Strauss, el argumento es complejo.
Un mundo bastante parecido al actual
en lo que se refiere a las relaciones humanas y a la convivencia entre los
poderes políticos. Un mundo
tal vez más aséptico, más des-espiritualizado si cabe. Un planeta que se deja ver como dominado
por el hombre, que se ha lanzado ya a la conquista de espacios exteriores.
Mientras los valores humanos están sumergidos y fuera de la
vista.
Y cuando, en sucesivas visitas la film, pude detenerme en el
argumento, comprendí que lo
que más me impresionó y sigue haciéndolo es el momento en que la
nave abandona el sistema solar y el protagonista se enfrenta a la infinita
soledad existencial. Lejos de la Madre Tierra se nos presentan unas imágenes de un mundo antiguo. Todo
pintado en blanco. Como sin relieve.
Él
se enfrenta a su pasado recurriendo a
ritos que se plasman en imágenes
de muebles clásicos, copas
de cristal... algo que me resulta ya desvitalizado.
Y así
lo hace morir Kubrick. En su cama. En silencio. La copa se ha roto. Se
prepara el regreso.
Y ese regreso solamente puede ser
simbólico. Un feto que
vuelve a la madre bajo la protección
del símbolo monolítico que ha dado origen a la
aventura espacial.
Hay que interpretar que viene de
vuelta un nuevo ser humano. Alguien que ha tocado la trascendencia al salir del
útero de la madre, del
sistema solar...
Y mientras resuena Strauss nos
quedamos atónitos ante un
viaje lleno de mensajes. Lleno de imágenes
. Lleno de música. Lleno de
esperanza.
Han pasado más de 45 años.
3 comentarios:
Es verdad. es un filme maravilloso en todo el sentido de la palabra.
Yo recuerdo que la primera vez que ví esta película, había una persona que me había hablado de su fascinación por ella, me la había elogiado mucho, y como me ha sucedido a veces cuando alguién me habla con mucho ardor de alguna obra artística, me parece como si quien así habla quisiera apropiarse de ella a través de la identificación. Así pues cuando vi esta película me gustó y reconozco su originalidad y misterio, pero... nunca sabré como la hubiera percibido, recibido, sentido, si nadie me hubiera hablado antes de ella, así que siempre agradezco que alguien me sugiera una película, un libro...y más agradezco que no me cuente nada y me deje llegar "virgen" a la experiencia, luego, después podremos intercambiar impresiones...
Me parece ver a la monarquia muriendo en la cama;frente al monolito(piedra filosofal),la REPUBLICA.VIVAN los CIUDADANOS.
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