Cuatro libros
Este verano ha habido más tiempo
para leer. Tiempo de estar sin tanta acción, de recogida del curso, de
ordenamiento de la experiencia. De tranquilidad.
Como casi siempre, he compaginado
diversos tipos de lecturas.
Sin embargo, hacía tiempo que no leía
novela, un género que había casi descartado desde hace mucho tiempo. Con la
notabilísima excepción de “El Quijote”, que releí el pasado año y que me llenó
de una novedosa sensación de risa y plenitud, la novela me plantea una serie de
“diversiones” que no se corresponden con esta etapa de vida.
Un regalo me hizo cambiar de
opinión y en agosto me sumergí en
“El
Mago”, de John Fowles.
Este escritor inglés, que pasó antes por la enseñanza y
vivió en Grecia, hace una narración que me agarró (c’est prenant, dicen los franceses) y me sumergió en el texto.
Es, principalmente, una historia
de amor, protagonizada por un joven y escéptico profesor, que atraviesa una
fase de cansancio vital y pasa una
aventura de locura. La pasión por una mujer y la búsqueda de un sentido
personal se funden espléndidamente en el ámbito de una isla griega, en los años
cincuenta del pasado siglo.
Una hábil mezcla de omnipotencia
y de sentido práctico caracterizado por dos personajes, en un libro a veces
casi policíaco, trufado de reflexiones vitales y existenciales.
Un viaje existencial del que
destaco y os comparto una experiencia dizque hipnótica, que habrá a quien le
recuerde un viaje a otra dimensión, tal vez provocado o inducido por alguna
sustancia. A mi, en lo personal, me hizo pensar en una experiencia que he
narrado en algún lugar de este blog .
Entresaco algunas líneas:
“Recuerdo aun con toda claridad….. una nueva forma de percepción en la que la
estrella era una bola de luz blanca que creaba y al mismo tiempo necesitaba el
vacío circundante… y la sensación de que yo también era eso mismo”…
“
A partir de ahí noté que el viento era luz… una sensación exquisitamente
placentera consistente en la conciencia de la luz y en saber que yo la atraía.
El poder de atraer y de recibir esa luz….
Yo era consciente de mi existencia y esta
consciencia acabó siendo más
significativa que el viento….que me llevaron a un estado sin dimensiones ni
sensaciones”.

“…Que la realidad es acción eterna, que no hay
mal ni bien, que no hay belleza ni fealdad, que no hay simpatía ni antipatía. Sólo interacción.
La eterna soledad del uno… parecía lo mismo
que la total interacción de todo…
De repente, supe con un modo de saber que
hasta entonce no había experimentado, que todo lo demás existe…. No había en mí
volición. Ni sentido. Solo ser.”
“… Un tremendo y vertiginoso sentimiento de
infinitud… el devenir y el ser eran lo mismo.
Luego la oscuridad… no recuerdo nada.
Después luz”.
Esta es la experiencia que Fowles hace
vivir a su personaje. Como podéis observar se trata de una experiencia
trascendente que, como tal, cambiará la forma de percibir la vida interior y
exterior del personaje.
Extrañamente para mi, el autor prosigue
el resto de su libro más por una peripecia novelesca
y hasta cierto punto
descontrolada, que por un camino consecuente con la formidable descripción que
hace del contacto entre el ser y el Ser.
Pero no importa. Si tenéis ocasión y
apetencia de leerla, es un libro que tiene tonos verdaderamente fascinantes.
El Cambio Cuántico (Ervin Laszlo)
Este es un libro intelectualmente más
demandante. Este autor de origen húngaro hace un llamamiento a la toma de
conciencia de los desafíos planetarios a los que se enfrenta la humanidad.
Para ello, nos ofrece una visión
realista y no por ello menos demoledora de cómo nuestra especie está a punto de
sucumbir y de hacer fracasar a gran parte de la vida planetaria.
Plantea una serie de vías o caminos que
toda persona con conciencia debe de tomar en cuenta a la hora de elegir su
forma de vida y su manera de elegir planteamientos sociales, educativos,
políticos, culturales y de vida.

un mapa de cómo los nuevos descubrimientos de la física alteran y
modifican la capacidad de percibir de nuestro organismo, adscrita habitualmente
al cerebro. Este órgano fabuloso, que puede ser tanto un medio para alcanzar la
plenitud como un receptor de nuevos conceptos como “el espacio no local”.
En una última parte, ciertamente
valiente, el autor se atreve a mostrar unos experimentos que pretenden probar
que lo que percibimos no es lo único que existe, en abierto contraste con la
ciencia formal (ista).
Fundador del Club de Budapest para una
Nueva Evolución, este librito de Laszlo es recomendable a adultos y jóvenes de
nuestra era.
“Los cuantos y las cosas compuestas de cuantos (organismos y
mentes incluidas) están intrínsecamente y, al parecer, conectados de manera no
local”
“…El comportamiento autoselectivo puede considerarse moral en
la medida en que contribuye a la coherencia del sujeto y a la coherencia del
mundo que rodea al sujeto”.
Cerebro y Trascendencia (Ramón
María Nogués)
Su autor es un profesor y escolapio
catalán, animado por una importante deseo de citas de personas de ciencia.
Ninguna de estas cualidades hace al libro menos interesante.
Traducido estupendamente del catalán, es
un texto relativamente fácil de leer.
Me gustaron particularmente sus
descripciones de los distintos tipos de inteligencia. Habitualmente centrados
en la razón y en la mente matemática, hoy en día es aceptado y congruente
pensar que existen inteligencias de diverso tipo. Puede que una inteligencia
más adecuada sea la que es capaz de fundir varias de ellas (motriz, práctica,
musical, creativa,,,).
El autor está especialmente interesado por
el cerebro como fuente de trascendencia. Esta, ha de atender a dos frentes
importantes : la razón y la emoción. Y en esta singularísima fusión se produce
en estado particularmente trascendente.
…”Muchos seres humanos requieren algo
que implica, por lo menos, alguna claridad sobre el significado de la propia
vida… “
En cita de Damasio:
Y, nada dado a parecer un profuso
partidario de Oriente frente a Occidente, afirma:
… “Toda la realidad parece
que sea una inmensa trama de corpúsculos
y de ondas en una enigmática relación
de indeterminación”,
puesto que:
“… Las consideraciones
equilibradas y proporcionadas del yo
y de sus valores forman parte de las convicciones filosóficas de Occidente,,,”
Y la última parte de su libro, dedicada
a la necesidad que tiene la mente y la consciencia de Dios, la dedica el autor
a hablarnos de que ese “Dios”, lejos de ser algo personal, ha de ser
representado de una manera diferente ya que:
representado de una manera diferente ya que:
“…Dios no es reducible a
ninguna expresión religiosa…”
Nogués se permite libertades más allá de
sus adscripciones religiosas. Sin negar sus convicciones (entre ellas las
políticas), consigue un libro interesante para todos los que estamos
interesados en unir ciencia y espiritualidad.
Trece
cuentos japoneses: EL MAGO (Ryunosuke Akutagawa)
Este escritor japonés, que vivió en el
primer cuarto del siglo XX, tuvo una vida difícil. Hombre de arduas
convicciones, se quitó la vida abrazado a un ejemplar de la Biblia.
Sus cuentos son de una extrema belleza.

de estar
mirando miniaturas japonesas, o de estar leyendo esas misteriosas frases que
nos sacuden interiormente desde un lugar fuera de lo racional.
Son trece cuentos diversos. Algunos
llenos de poesía. Otros son más tristes y dramáticos. Sin embargo, todos me
dejaron una impresión deliciosa, pues es un excelente narrador.
Uno de ellos termina así:
…”el mundo está lleno de imbéciles
que no saben distinguir la identidad ajena”.
O,
…”Extendió los brazos y los agitó con fuerza, al tiempo que lazaba al viento
media docena de mandarinas que resplandecieron en el aire con la calidez de un
sol primaveral, como si quisieran levantar el ánimo,
antes de caer una tras otra sobre la cabeza de los niños, que no cesaban de expresar su
alborozo…”.
Un librito delicioso, para trufar lecturas más densas que precisan de
una mayor atención intelectual.
SI leeis alguno de ellos, me encantará compartir con vosotros la experiencia.