martes, 20 de septiembre de 2011

Pascal


"L'homme n'est ni ange ni bête
et l'homme qui veut faire l'ange fait la bête"

(el Hombre no es ni angel ni animal
y quien pretende hacer el angel hace el animal)

Recientemente, en un juego, se trataba de elegir una carta que representaba a animales norteamericanos y ver qué nos decía ese animal a cada uno, si bien existe una interpretación ya asignada dizque por los nativos.
Es una baraja que siempre me ha llamado la atención y que utiliza una querida amiga y colega.
Esta vez me tocó la corneja. Este pájaro, aparentemente poco agraciado, tiene la supuesta virtud de tener cada uno de sus ojos mirando a cada uno de los dos mundos. Uno es el mundo de la realidad ordinaria, obvia a los cinco sentidos. El otro, ve la realidad del más allá.
Para mi, el ver el más allá es observar lo que trasciende las palabras y los gestos. Es el dejarse penetrar por el contacto sin pensamiento. Es también el mundo de la empatía, el estar sin confluir, sin disolverse. El que procuro usar en mi trabajo de orientación gestaltica.
Es estar totalmente presente, sin buscar adivinaciones mágicas, sin interpretaciones. Se sustenta en el poder de mi experiencia.
Por eso, este año me he sentido muy identificado con el ser corneja y en mantener mis dos ojos abiertos al presente de la vida.
"Nada humano me es ajeno".

1 comentario:

Sandovictor Hugo dijo...

Pues las cornejas han sido siempre poco privilegiadas en la literatura. Esopo como que les tenía poca consideración. Tú la has reivindicado.