Recibir parece más sencillo que dar, que entregar.
Sin embargo hay un acto de generosidad en el recibir que tiene una naturaleza muy diferente de la de dar.
Recuerdo a mi maestro decir que el paso previo para dar era saber recibir.
Tardé tiempo en entenderlo. Ahora, que mi vida me lleva a la actitud de dar, comprendo mejor. No hay más retribución en el acto de dar que el dar mismo...sin menoscabo del agradecimiento del que recibe.
2 comentarios:
En mi afán de control siempre me he sentido más cómodo (he preferido) siendo el sujeto de la acción de dar y no el objeto indirecto (recibir).
Quizá no me fue bien lo indirecto y para no darme cuenta pasé a la acción (dar). Así evito ver lo que no recibo.
Y ahí entra en juego mi demanda.
Ahora que la vida, al contrario que a tí, me pone en recibir, empiezo mi aprendizaje, quizá así aprenda a dar.
Hace un par de años viajé a Lichfild tras un taller (de reparación) sobre la familia de origen.
Entramos en una iglesia. Y ante un santo pedí sentir la alegria de dar y tener la humildad para recibir.
El milagro del amor es que nos hace dar y "dar" nos hace. Lo que damos es lo que somos... y para recibir hace falyta espacio...
besos y abrazos.
Mi Alma sonrie y babea
Charo.
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