martes, 18 de octubre de 2011

otoño



El otoño llega despaciosamente este año. Las noches y las mañanas son fresquitas y el mediodia sigue siendo cálido y seco. Cada día que pasa es apenas y casi imperceptiblemente un poco más fresco que el anterior.
Solamente las plantas me recuerdan que hace rato que acabó el verano. La viña de enfrente se ha puesto bellamente roja, antes de dejar caer las hojas y las plantas de mi alrededor ya no quieren echar más que pocas flores, como si se temieran hacer el esfuerzo de balde.
También los insectos empiezan a escasear. Ya se deben haber marchado las golondrinas a lugares más cálidos, pues no la veo pasar frenéticas por encima de mi cabeza en el atardecer.
Me recuerda a esas pesonas que envejecen lentamente, arrugándose año tras año apenas un poquito y cuando las ves, al cabo de un tiempo, te das cuenta de que han pasado los años y de que se preparan para entrar en otra etapa.
El otoño me pone año tras año inequívocamente nostálgico, aún reconociéndole en esta zona del planeta el esplendor de los colores y el paralelismo con mis canas.
El otoño es una preparación para el invierno.

7 comentarios:

Raquel G. dijo...

Un querido amigo ornitólogo me explicó que estas frenéticas aves del atardecer no son golondrinas, sino vencejos. Por lo visto se parecen mucho, aunque pertenecen a familias distintas. El vencejo pertenece a la familia de los apódidos -sin pies- y tiene muchas cosas en común con el colibrí, pajarillo que me encanta. Los vemos tan apresurados al atardecer porque, si deciden posarse, tienen que hacerlo a cierta altura para poder "lanzarse" a volar de nuevo: sus patas son tan pequeñas y débiles que no pueden remontar el vuelo desde el suelo. Pueden incluso dormir en el aire. Me caen muy bien estos serecillos que no pueden despegarse del suelo cuando caen por accidente. A cambio, viven y se aparean en el aire tras grandes y emocionantes persecuciones.
A veces me siento un poco venceja, sobre todo cuando caigo al suelo por descuido y me doy cuenta de que tenía la cabeza puesta en persecuciones aéreas. Hasta abril o mayo no volveremos a ver vencejos en Madrid. Me gustaría migrar con ellos hacia algún lugar cálido, cuidando de no caer al suelo tontamente.
Un abrazo y que el otoño te sea propicio.

Anónimo dijo...

Nunca me senti mas seguro,sano y hermoso como en el otogno de mi vida. Ni en mi juventud,madurez, me senti tan bien como ahora;hoy estoy libre de tanta pesada carga que llevaba en mis hombros,por que no me conocia y me comparaba con la ideal perfeccion que me aprendi de la sociadad,hoy se que la perfeccion esta en la verdad y ella siempre a estado conmigo,ella y yo siempre hemos sido uno.En el otogno de mi vida comulge con la EXISTENCIA al encontrarme en el centro de la circunferencia, me fundi en el uno, y encontre paz, calma sosiego,beatidud en todas mis acciones,en todo mi ser y en todo los seres.Bendito seas otogno,que me has entregado tanto;que me llanaste de la belleza de la sabiduria,que permitiste que aprendiera la sabia forma de sostener mi energia vital. Mil veces gracias,has sido muy generosa conmigo.

miguel albiñana dijo...

Gracias Raquél por esta hermosa explicación ornitológica que me acerca a los vencejos (me gusta la palabra como de vencer) y esperaré su regreso sabiendo que "un vencejo no hace verano"... :)
Y gracias Anónimo por tu imbatible certeza en que has encontrado tu camino con la fe y la experiencia.
Por mi parte, me quedo con mis colores de otoño, con mi nostalgia, que sigo amando como una cualidad más de mi ser (con minúscula) y sin más expectativas que disfrutar de estos días previos al invierno.

Anónimo dijo...

Por favor se "Zorba el Buda",El que esta en el mundo y disfruta de el,pero a su vez esta en constante comun-union con su SER,entonces todo sera como debe de ser. Disfruta mucho de tu nostalgia,que es muy rica y sagrada,solo no te apeges a ella,nada es para siempre en estos planos,en lo unico que es para siempre es el cambio.espero que cambie pronto la estacion ,para que este en la estacion que te gusta tanto estar.

Sandovictor Hugo dijo...

Tu artículo tiene un sabor al "Crepúsculo de los dioses" o "Sunset Boulevard" de Billy Wilder. La nostalgia, esa palabra de la que intento huir fallidamente. Un artículo triste y conmovedor.

miguel albiñana dijo...

MMMhhh... mi intención nes conmover, no poner triste... la vida me conmueve, me puede llenar de nostalgia pero ¡afortunadamente! no de tristeza...

Sandovictor Hugo dijo...

No tiene nada de malo que un artículo ponga triste. Este mundo me pone triste y alegre. Depende de con qué pie me levante.