jueves, 26 de noviembre de 2015

La puerta








 "Pariente del mineral, del vegetal y del animal, el hombre lleva dentro de sí, de su sangre, sus nervios y su carne y por supuesto también en su cerebro, una parte de la misma energía ciega que conduce el mundo."

Las Geórgicas del alma
en Cosmos 
Michel Onfray



     Este texto del pensador y filósofo francés me despertó una conciencia dormida, en el mismo momento en que el cielo daba su última luz y el sol irradiaba de rosa las nubes del horizonte.



   La atención puesta en la energía más íntima, que lo mueve todo, el cielo, las nubes, las plantas, mi corazón y mis anhelos.


 Aceptar la inclusión, es aceptar que formamos parte de esos tres planos, por mucho que el pensamiento nos separe y nos individualice.

viernes, 13 de noviembre de 2015

El escarabajo verde



   El camino esta en la sombra. Matas de plantas verdes entre frondosos árboles. Parece un paseo y, sin embargo, la atención es plena mientras baja y serpentea.

   El escarabajo se posa en el hombro. Parece asustado. Lo tomo en mis manos y se refugia en mi palma con 
las alas medio abiertas. 

   En su lenguaje, me dice que teme algo, y que todavía no sabe a qué le teme. Le hago un pequeño abrigo entre mis dedos mientras se recupera. Parece una joya verde y áurea.

  Al rato levanta el vuelo. Le espero un momento y, cuando veo que no regresa, reemprendo mi camino. Poco después vuelve y me susurra que ya conoce el motivo de su temor. 

   Le comprendo.

   Nos detenemos y con un papel de plata lo recojo de mi mano y le encuentro un lugar donde reposar.

  Se queda quieto. Inmóvil. Ahora parece cuadrado y sin vida.

  Ha muerto.

  Vuelvo mi mirada y cuando la regreso él ya no está.

  En su lugar hay un insecto fantástico, de reflejos rosados. Es largo y esbelto y parece tener muchas alas, o son patitas. 

  Es impresionante bello.

  Está hecho, sin duda, con esencia de escarabajo verde.

  Y recuerdo que ayer, en el film que vi, realmente no había muerte. Solamente transformación.

Y mi mente me sigue asombrando.

jueves, 5 de noviembre de 2015

otoño 2015

Otoño


   
Suelo asociar el otoño a la vegetación de esta zona. Los árboles se tornan amarillos, anaranjados, rojos. Poco a poco, las ramas se quedan desnudas, y el suelo se tapiza de color. Las pisadas se hacen crujientes sobre las hojas. Luego, la lluvia uniformiza todo.      Y el manto vegetal se une a la tierra, pasando a alimentar el suelo.

   Necesariamente cada año lo veo. Coincide con mi cumpleaños. Desde hace ya un tiempo mi cabello se otoñiza también. Lentamente se hace cada vez más canoso, el que no ha ido ya a formar parte también de la tierra. Como un anuncio de mi propio otoño.

   A cada uno nos afecta de forma distinta. En mí suele acentuar los tonos de la añoranza y también de la sensibilidad. Estos meses son meses en que, si nos tomamos el tiempo de pasear por entre los árboles, es difícil no ser sensible. Es un canto el del paisaje, un canto al cambio, al tránsito, a lo efímero. La caída de las hojas, los tonos amarillos dan paso enseguida al invierno, que se acerca.     Y la energía parece disminuir, la luz es corta, más gris.

   En estas tierras castellanas, luego vuelve el sol e ilumina el cielo de un azul intenso. Frío. Y entonces las sensaciones pasan a ser como el horizonte lejano. Pareciera que uno puede ver más allá de todo.

   El otro día veía al gato de Bilbilis. En sus ojos leía yo lo eterno. Lo que no tiene tiempo. Fuera llovía fuerte y los vidrios se empañaban. Y él se quedaba viendo todo y nada.

   A mi el otoño me recuerda la eternidad.