sábado, 14 de julio de 2018

verano 2018



Verano


   Los aligustres están floridos y esparcen por todo el parque el aroma intenso de sus flores. Dulce y profundo. Entra por todos los poros de mi piel. A veces, se mezcla con el de las adelfas rosas, más dulzón, y recrea en mi mente aquellos días de mi infancia en el gran parque de Zaragoza, ese que fue para mi lo primero que asocié con libertad.

   Entre las suaves sombras que forman el caminillo que bordea el riachuelo el frescor atrae a los pocas aves que resisten el calor del día. Gorriones y urracas suelen ser las más atrevidas a mi paso.

   Caminar entre los grandes cedros que van quedando, tras la tremenda tala de este invierno, es un momento de disfrutar. Los troncos altos y robustos se yerguen al cielo azul intenso de Madrid.

Así recuerdo que hace ya años inicié mi recorrido en este blog, inspirado y animado por la naturaleza en el parque.



Tener cerca un parque como éste es un regalo que nunca olvido.