sábado, 11 de septiembre de 2010

luna de septiembre

Luna de septiembre
final del verano
luces tímida en el horizonte
mientras el sol te tiñe de plata

viernes, 10 de septiembre de 2010

La libertad


Desde que nacemos nuestro organismo va desenvolviéndose a través de las fuerzas innatas de su ser. De ese conjunto que es la realización, la conjunción en uno solo de dos entes vivos, el óvulo y el espermatozoide, portadores de dimensiones posibles para el individuo. La genética, esa formidable ciencia desarrollada principalmente en el siglo XX, nos ayuda a conocer las potencialidades de la persona, no solamente en su dimensión física, sino psíquica y emocional. En buena parte somos aquello que podremos desarrollar.
De esta manera, no podemos llegar a ser nada que no esté contenido en nuestro potencial, pero podemos dejar de ser mucho de aquello que nuestro potencial nos permitiría. Por ello, el segundo factor importante es el ambiental, el lugar y el círculo familiar y social en donde nos vamos a formar, en donde el carácter se erigirá, tal vez como dueño casi absoluto de la persona o puede que, como arcilla maleable, en la que la personalidad se irá erigiendo y formando un individuo con rasgos más elegidos.
Siempre me impresiona esta triple fórmula: genes, carácter y personalidad.
Solemos poner mucho énfasis en uno de los aspectos pero es la asombrosa mixtura de los tres lo que produce el ser humano. El aspecto más "libre" se encontraría en la personalidad, ese territorio en donde, a través de la consciencia, los dominios del yo, cada quien encuentra fórmulas para ir dominando el fatum de los genes y del carácter y se va labrando un territorio personal, una forma de ser consciente y en cierto modo más libre, puesto que es en la elección en la que se apoya firmemente la puesta en marcha de la liberta de acción.
Una libertad que consiste esencialmente en elegir aquello que es más adecuado para el yo, para el desarrollo del ser, y en el cual está poderosamente enraizado el otro, no solamente el individuo otro sino lo otro, el mundo, lo exterior.

Puesto que ¿de qué serviríoa una libertad que nos lleve a la destrucción, personal o del otro o de lo otro? Sería una libertad puramente teórica. La auténtica libertad llega cuando lo único que podemos es elegir es lo más adecuado para uno y el mundo y en ese momento la libertad ya no tiene más importancia que la de ser una idea.
El hecho de vivir es un camino para alcanzar la consciencia de la accion adecuada, por la que nuestro compromiso con nosotros mismo y con la vida nos lleva a encontrar lo mejor, que no siempre es lo más placentero, pero sí lo más conveniente para nuestro desarrollo. Este será el dominio de la ética personal.
Para mi la libertad verdadera es sinónimo de la acción noble, la que no se traiciona a sí misma, la qeu una vez realizada nos hace alcanzar la serenidad.