Das ende ist mein Anfang
Luego está el tema de la obra. El sentido de la vida, intensamente vivida y reconocida como algo propio e individual y también con un sentido que va más allá de las mera fronteras de la propia conciencia de ser.
Me sumerjo en mis propias vivencias de dejar de lado los problemas emocionales y psicológicos, pero ¡cuanto más dificil es hacerlo con los corporales, con los físicos, con la enfermedad, con la decadencia! Recuerdos antiguos de acompañamiento en el sufrimiento y el trance final de seres queridos, la percepción de la muerte como un abandono y no como el proceso natural de liberación, en la realidad de la naturaleza, que "sigue su curso, imponente y ajena a nuestras angustias, temores y sufrimientos". Y , finalmente, esos momentos de iluminación, de risueña alegría por haber sido testigo activo de la vida, desde nuestra propia historia personal, para luego sumergirse de nuevo en las profundidades de la inconsciencia, en una entrega que puede ser vivida de muchas maneras. Y una de ellas es la dulce aceptación del momento, frente a la angustia del soltarse, del entregarse a la realidad de lo efímero, sin que le reste belleza a lo vital.
Recomiendo este film, no solamente a los buscadores, a los iniciados, a los meditadores, a quienes gustan del buen cine, de la belleza de los bosques y de las montañas... sino a todo quien sienta la sensibilidad de la vida en su fuerza y en su tragedia, en su debilidad y en su comedia.