jueves, 12 de julio de 2012

La vida con sentido: integración de los opuestos

La incorporación del diablo.

Un viejo dicho, que oí repetidamente en México, afirma que "el diablo no sabe para quien trabaja". Con ello quiere decirse que las cosas malas, las experiencias tristes, o duras o difíciles, las "tentaciones" a las que somos sometidos, seamos o no San Antonio el heremita, tienen finalmente un sentido, cuando se sabe apreciarlo. Que lo divino, prima sobre todo y que, finalmente, el diablo no es sino una creación de Dios, como quiera que queramos entender Lo.
En muchas tradiciones religiosas, el diablo, o demonio, es un ser o una energía que busca nuestro bien en último término. Es el daimon de los griegos, el genio que pervive en el interior de cada uno de nosotros.
Existen tradiciones que ven al diablo como una pervivencia de espíritus mitológicos prejudíos y desde luego precristianos. Parten de la afirmación que en cada uno de nosotros existen fuerzas opuestas, que han de ser enlazadas, armonizadas e integradas. En la frases que ya he citado de Pascal, el hombre no es ni angel ni animal y acaba siendo animal el que quiere ser ángel.
Algunos rituales de la humanidad, tanto entre los hombres como entre las mujeres, como entre ambos, buscan esa incorporación de las fuerzas opuestas. Muchas han pasado a ser acontecimientos de nuestros días ya desmitificados, como el Carnaval, la noche de San Juan o la fiestas de fin de año y las de la vendimia, dedicadas en las comunidades agrícolas a arraigar a la sociedad a las distintas estaciones del año.
Es curioso para mi ver como, nacido  y educado en una sociedad de raigambre cristiana, el mito cristiano ha relegado a todos los demás a la categoría de pagano en sentido bastante despectivo, para encumbrarse como el único verdadero. A un tiempo, esa tremenda dosis de verdad, en detrimento de todos los demás mitos, cuando es ponderado en función de nuestra historia y de nuestra protohistoria, hace temblar la estructura psíquica y emocional del hombre.
El mito de la Ciencia moderna, a la que se atribuye la capacidad para iluminar, ahora o en el futuro, cualquier rincón sometido a la obscuridad, parece sostener a algunos. Sin embargo, una gran cantidad de seres humanos sigue aferrándose a los viejos dogmas, aún cuando por poco que se escuche o que se mire, la mayor parte han pasado a la historia y están enfundados en intereses económicos o de castas.
Creo que solamente una experiencia personal, enraizada en la conciencia y habilmente dirigida u orientada por quien conoce el camino de la trascendencia, puede, en la actualidad, mejorar el nivel de angustia y de opresión que se percibe en tantos individuos.
En otras sociedades, la solidaridad grupal o la lucha conta un enemigo común (como es el caso de muchas sociedades islámicas), permite a sus miembros encontrar un sentido (en ocasiones bélicoso o anti todo lo que no sea lo propio) y y pasar de los más profano a lo más profundo.
 De manera constructiva, creo que cada uno podemos pensar en cual es lo diabólico de nuestra vida. Muchas veces se dice que es la pasión por el dinero, por el sexo, por el poder, por el cotilleo... son tantas las formas y caminos de salirse de la verdadera vía.
Pero creo que el asunto principal es como integrar esas "pasiones" dentro de uno mismo para que no dominen todo el tiempo, para que desde el vacío fértil aparezca lo verdadero, lo que nos hacee vivir con más verdad o más felices.
Y ocasionalmente dejar, como decía Ichazo, un tiempo para que el chancho domine, para que las furias aparezcan, para que el diablo entre.
Porque demasiado control acaba en descontrol.
Cada uno puede hacerse entonces la pregunta: ¿como integrar al propio diablo?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como integrar al propio diablo? Con la aceptacion total,sin condicionamientos y sin juicios,aceptandonos tal cual somos, en el momento que nos toque ser,con total inocencia en nuestra actuacion,simplemente ser lo que toque ser. Caminando siempre con la danza del equilibrio integrada en nuestro ser,para un lado para el otro,sin tocar jamas los extremos ,mucho menos permaneciendo en ellos. En realidad no es la mente vacia,el taller del diablo,la mente vacia de pensamientos,es la comun-union con la divinidad,!que mala educacion! que me dieron ,los encargados de la ensegnanza;pero los tiempos han cambiado y cambiaran aun mas,para bien de toda la humanidad.

Sandovictor Hugo dijo...

Me ha gustado tu artículo! :)

Acuario dijo...

Me ha parecido muy interesante el artículo, muy profundo, lleno de verdades, pero a la par me ha generado la incógnita sobre la frase de Ichazo, ¿como hacerlo sin hacer daño a nadie?