viernes, 13 de noviembre de 2015

El escarabajo verde



   El camino esta en la sombra. Matas de plantas verdes entre frondosos árboles. Parece un paseo y, sin embargo, la atención es plena mientras baja y serpentea.

   El escarabajo se posa en el hombro. Parece asustado. Lo tomo en mis manos y se refugia en mi palma con 
las alas medio abiertas. 

   En su lenguaje, me dice que teme algo, y que todavía no sabe a qué le teme. Le hago un pequeño abrigo entre mis dedos mientras se recupera. Parece una joya verde y áurea.

  Al rato levanta el vuelo. Le espero un momento y, cuando veo que no regresa, reemprendo mi camino. Poco después vuelve y me susurra que ya conoce el motivo de su temor. 

   Le comprendo.

   Nos detenemos y con un papel de plata lo recojo de mi mano y le encuentro un lugar donde reposar.

  Se queda quieto. Inmóvil. Ahora parece cuadrado y sin vida.

  Ha muerto.

  Vuelvo mi mirada y cuando la regreso él ya no está.

  En su lugar hay un insecto fantástico, de reflejos rosados. Es largo y esbelto y parece tener muchas alas, o son patitas. 

  Es impresionante bello.

  Está hecho, sin duda, con esencia de escarabajo verde.

  Y recuerdo que ayer, en el film que vi, realmente no había muerte. Solamente transformación.

Y mi mente me sigue asombrando.

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