miércoles, 30 de septiembre de 2009

dar

Recibir parece más sencillo que dar, que entregar.
Sin embargo hay un acto de generosidad en el recibir que tiene una naturaleza muy diferente de la de dar.
Recuerdo a mi maestro decir que el paso previo para dar era saber recibir.
Tardé tiempo en entenderlo. Ahora, que mi vida me lleva a la actitud de dar, comprendo mejor. No hay más retribución en el acto de dar que el dar mismo...sin menoscabo del agradecimiento del que recibe.

2 comentarios:

José dijo...

En mi afán de control siempre me he sentido más cómodo (he preferido) siendo el sujeto de la acción de dar y no el objeto indirecto (recibir).

Quizá no me fue bien lo indirecto y para no darme cuenta pasé a la acción (dar). Así evito ver lo que no recibo.

Y ahí entra en juego mi demanda.

Ahora que la vida, al contrario que a tí, me pone en recibir, empiezo mi aprendizaje, quizá así aprenda a dar.

Anónimo dijo...

Hace un par de años viajé a Lichfild tras un taller (de reparación) sobre la familia de origen.
Entramos en una iglesia. Y ante un santo pedí sentir la alegria de dar y tener la humildad para recibir.
El milagro del amor es que nos hace dar y "dar" nos hace. Lo que damos es lo que somos... y para recibir hace falyta espacio...

besos y abrazos.
Mi Alma sonrie y babea
Charo.